Padre mío no sea como yo quiero, sino como tú quieres
Obedecer a Dios solo trae bendición a nuestras vidas, aunque muchas veces no entendemos los acontecimientos, otras veces como humano quisiéramos que todo fuera diferente. Pero aún así nos debemos someter a la voluntad de Dios, como hijos suyos que somos.
Muchas veces es muy doloroso lo que nos pasa, son diversas las cosas que se presentan en nuestras vidas, algunas las tenemos que soportar con lágrimas en los ojos por mucho que nos agobian. Pero si es la voluntad de Dios no importa, aún con lágrimas en los ojos glorificaremos su nombre, y le daremos gracias, porque Él es bueno.
Aunque no entiendas el porqué de las cosas, confía en Dios, porque su voluntad es buena, agradable y perfecta. Es lo que nos dice la palabra de Dios en Romanos 12:2:
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:2
Lo que sea que pase en tu vida Dios tiene el control, por difícil que parezca y por mucho que duela, Él te dará la fortaleza necesaria para seguir y llegar al lugar que ha destinado para ti.
Muchas veces lo que nos pasa es doloroso, pero si es la voluntad de Dios que nos pase, Él hará algo con ese acontecimiento para nuestro bien. Ya lo he visto muchas veces, convertir tristeza en alegría. Por eso te digo que pase lo que pase dale las gracias a Dios por todo, y lo verás glorificarse en tu vida de forma poderosa.
Jesús entendió el sufrimiento y el dolor, Él lo sintió en carne viva aquel día en el getsemaní, cuando decía a sus discípulos que velarán con él.
Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Mateo 26:38
Pero aunque su alma estaba muy triste, triste hasta la muerte, pero aún así; su oración fue una y otra vez: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Todo el mundo puede hacer lo que hizo Jesús, solo que debe conocer a Dios, porque para someterse a su voluntad y ponerla por encima de todo, primero hay que conocerlo. Jesús conocía su padre, por eso a pesar de su dolor ponía primero su voluntad, porque a eso había Sido enviado.
Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Mateo 26:39
La voluntad de Dios es siempre buena, aunque muchas veces nosotros en lo natural no lo apreciemos así. Por eso necesitamos renovar y transformar nuestro entendimiento, para poder comprobar cuál es la buena voluntad de Dios y someternos a ella.
Con nuestra mente finita, viciada y solo conectada a lo natural, no vamos a poder entrar en la plena voluntad de Dios y caminar en ella . Pero un cambio de mentalidad cambia nuestro enfoque y de esta forma podemos conectar con la plena voluntad de Dios y someternos a ella.
Dios te bendiga y te guarde pueblo amado del Señor 🙏
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